Un niño de ocho años no fue atendido en el centro de salud de Catarroja porque no vivía en el municipio, pese a que tenía el ojo cerrado por una picadura de avispa, según contó ayer Luis, su padre, vecino de Albal.
Era sábado por la mañana. Luis estaba con su hijo, de ocho años, en la piscina de la casa de sus suegros cuando la mala suerte hizo que una avispa picara al menor justo en el párpado del ojo derecho. El niño comenzó a llorar y el ojo a hincharse hasta que se le cerró. Luis contó ayer que primero se acercó a una farmacia, donde le recomendaron que fuera a urgencias para evitar posibles complicaciones, debido a que la picadura era en una zona muy sensible. «Me había vendido ya una pomada pero me dijo que mejor era que un médico viera al niño».
Al encontrarse cerca de Catarroja, y estar en este centro de salud las urgencias centralizadas de los municipios vecinos, Luis decidió ir a este ambulatorio. «Sin embargo, el servicio de urgencias estaba cerrado. Abría a partir de las tres de la tarde y eran las 12.30».
Decidió por tanto entrar en el ambulatorio donde atienden los médicos de cabecera para que su hijo, que «cada vez lloraba más y tenía el ojo totalmente cerrado por la picadura», fuera atendido por un médico.
«Sin embargo, cuál fue mi sorpresa cuando me dijeron las tres personas que en ese momento se encontraban en el mostrador que ningún facultativo me iba a atender porque no pertenecía a ese centro. No tenía la tarjeta SIP, y pensé que podía ser el problema, pero me dijeron que no, que no sería atendido sin estar empadronado e inscrito como usuario del ambulatorio de Catarroja».
Era sábado por la mañana. Luis estaba con su hijo, de ocho años, en la piscina de la casa de sus suegros cuando la mala suerte hizo que una avispa picara al menor justo en el párpado del ojo derecho. El niño comenzó a llorar y el ojo a hincharse hasta que se le cerró. Luis contó ayer que primero se acercó a una farmacia, donde le recomendaron que fuera a urgencias para evitar posibles complicaciones, debido a que la picadura era en una zona muy sensible. «Me había vendido ya una pomada pero me dijo que mejor era que un médico viera al niño».
Al encontrarse cerca de Catarroja, y estar en este centro de salud las urgencias centralizadas de los municipios vecinos, Luis decidió ir a este ambulatorio. «Sin embargo, el servicio de urgencias estaba cerrado. Abría a partir de las tres de la tarde y eran las 12.30».
Decidió por tanto entrar en el ambulatorio donde atienden los médicos de cabecera para que su hijo, que «cada vez lloraba más y tenía el ojo totalmente cerrado por la picadura», fuera atendido por un médico.
«Sin embargo, cuál fue mi sorpresa cuando me dijeron las tres personas que en ese momento se encontraban en el mostrador que ningún facultativo me iba a atender porque no pertenecía a ese centro. No tenía la tarjeta SIP, y pensé que podía ser el problema, pero me dijeron que no, que no sería atendido sin estar empadronado e inscrito como usuario del ambulatorio de Catarroja».
NO CREO QUE SEA NORMAL SER TAN, TAN, TAN....FUNCIONARIO. SER FUNCIONARIO ES MUY HONORABLE, PERO SER IMBECIL, YA ES UN PROBLEMA.
SALUDOS.................GIL
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