ACERCA DE LA CONVENCION RAMSAR

La Convención sobre los Humedales (Ramsar, Irán, 1971) -- llamada la "Convención de Ramsar" -- es un tratado intergubernamental en el que se consagran los compromisos contraídos por sus países miembros para mantener las características ecológicas de sus Humedales de Importancia Internacional y planificar el "uso racional", o uso sostenible, de todos los humedales situados en sus territorios. A diferencia de las demás convenciones mundiales sobre el medio ambiente, Ramsar no está afiliada al sistema de acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente (AMMA) de las Naciones Unidas, pero colabora muy estrechamente con los demás AMMA y es un asociado de pleno derecho entre los tratados y acuerdos del "grupo relacionado con la biodiversidad".

Aprenda más acerca de la Convención de Ramsar sobre los Humedales – qué es en la actualidad; dónde se originó, y por qué; cómo funciona; cuáles son sus países miembros, y por qué se adhirieron esos países.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

LOCURA POLITICA COLECTIVA

A veces, cuando te informan de ciertos proyectos que los humanos, están o han proyectado en aras a un posible aumento del bienestar de las poblaciones, resulta que no aciertas a entender, desde la óptica de un ciudadano “raso”, si es que alguien se ha vuelto loco, o es el afán de enriquecimiento de algunos, la inconsciencia, la falta de informes exhaustivos e imparciales, o es que “aquí todo está bien”, con tal de hacer lo que me da la gana.

Me refiero a esos mega proyectos que están aprobando las distintas administraciones, en varios lugares del estado, pero que por su ubicación citare únicamente a los más cercanos para mí; NOU MIL.LENI en Catarroja, GRAN MANHATAN en Cullera, PORXINOS en Riba-roja, VERTEDEROS en cualquier sitio, grandes zonas de chalés y alguno más que se escapará por no haber tenido cierta repercusión mediática.

Cuál es el motivo de esas actuaciones de nuestros representantes, cuando todas ellas, coinciden en el hecho de que si se llegan a realizar, todas afectan a lo mismo, básicamente a la destrucción de una zona generalmente preciosa y con un alto valor paisajístico y medioambiental con su importante biodiversidad, o de zonas tradicionalmente dedicadas a las labores propias de nuestra tierra.

No se puede pretender que nuestros jóvenes, sepan cómo se trabajaba antiguamente, a base de crear museos etnográficos para ver lo que era un arado, un carro, un cabezal de caballo, o incluso una simple corbella. Se dice que el campo ya no se trabaja, porque la gente se ha hecho cómoda, y no quiere realizar esas labores, cuando lo que ocurre es que su esforzado trabajo, no se está viendo reconocido por casi nadie, y básicamente no se ve recompensado en lo material, para poder llevar una vida digna realizando el mismo, por lo que parece ser la AVARICIA de todos los que actúan en el camino del campo a la mesa o cocina.

No se puede consentir, que llegue un día en el que los niños piensen que los tomates, patatas, pimientos y lechugas, “nazcan” en Mercadona, que les entre verdadero pánico al ver una gallina o un conejo vivos, una vaca, una oveja, o que para ver como se ordeña una cabra, se deban ir de “campamento” a alguna granja escuela ( que por cierto realizan una gran labor) cuando resulta que están viviendo en unas poblaciones que tradicionalmente se han dedicado a las labores agrícolas o ganaderas, y que por supuesto en prácticamente todas las casas, había al menos gallinas y conejos.

Evidentemente, el progreso, es una de las metas de cualquier sociedad, pero las Autoridades, deben ser muy exquisitas a la hora de aprobar estas autenticas barbaridades, en aras al citado progreso; se debe ir progresando con el equilibrio necesario, para que ese progreso sea debidamente moderado para que no se pierda la necesaria armonía entre el medio y el resto de seres vivos, generalmente animales (unos más que otros). No debe ser la AVARICIA de unos cuantos DEGENERADOS, los que motiven las actuaciones en esta materia con el objetivo final de hacer más grande su miserable patrimonio.

Hay que saber decir que no a determinados proyectos, y más hoy en día cuando disponemos de grandes especialistas en todas las disciplinas que han de actuar antes de autorizar estas grandes obras y que cuyos informes, debidamente motivados, han de ser a todas luces determinantes y vinculantes, no solo consultivos, antes de acometer o aprobar esas Mega obras.

En caso contrario, es muy difícil evitar, que los ciudadanos “rasos” no pensemos y acertemos en casi todos los casos, que lo que mueve a los responsables finales de la realización de esas obras, no sean otras intenciones que las directamente relacionadas con las de hacerse con “una buena pasta” de forma rápida y casi siempre muy segura, por la dificultad de demostrar dichas las ilegales actuaciones; todo ello en presunción.

SALUDOS..........................GIL

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