ACERCA DE LA CONVENCION RAMSAR

La Convención sobre los Humedales (Ramsar, Irán, 1971) -- llamada la "Convención de Ramsar" -- es un tratado intergubernamental en el que se consagran los compromisos contraídos por sus países miembros para mantener las características ecológicas de sus Humedales de Importancia Internacional y planificar el "uso racional", o uso sostenible, de todos los humedales situados en sus territorios. A diferencia de las demás convenciones mundiales sobre el medio ambiente, Ramsar no está afiliada al sistema de acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente (AMMA) de las Naciones Unidas, pero colabora muy estrechamente con los demás AMMA y es un asociado de pleno derecho entre los tratados y acuerdos del "grupo relacionado con la biodiversidad".

Aprenda más acerca de la Convención de Ramsar sobre los Humedales – qué es en la actualidad; dónde se originó, y por qué; cómo funciona; cuáles son sus países miembros, y por qué se adhirieron esos países.

martes, 5 de mayo de 2009

EDITORIAL DE HOY DEL LEVANTE-EMV.


Editorial
La Generalitat y los ayuntamientos deben poner orden de manera urgente en la actividad de las canteras. El trabajo de estas empresas genera, de una manera u otra, molestias a los vecinos que viven en los alrededores o, incluso, puede perjudicar el medio ambiente. Bugarra, Chiva, Vilamarxant o Riba-roja, son algunos ejemplos. Levante-EMV relataba el pasado jueves que en esta última población han llegado a caer sobre varios chalés piedras de hasta un kilo de peso, procedentes de las voladuras de una de las canteras, con el consiguiente riesgo para la integridad física de sus habitantes. Por otra parte, las quejas por los temblores que producen las explosiones son numerosas y llegan a provocar, incluso, grietas en las viviendas. Pero también el trasiego de los camiones que van por las angostas carreteras que conducen a las explotaciones producen polvo, ruido y hasta un peligro físico, porque los vecinos denuncian que muchos de estos vehículos circulan a una velocidad inapropiada para las características de la vía. No se trata, pues, de penalizar el trabajo de estas empresas, lícito por otra parte en la mayoría de los casos, sino de conjugarlo con el derecho de los vecinos a no vivir con el corazón en un puño. Y en el caso concreto de Riba-roja el consistorio debe tomar cartas en el asunto. No se va por el buen camino si el 9 de marzo clausura una pedrera tras una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) que así lo exigía y un mes más tarde, el mismo ayuntamiento, le otorga tres licencias para que continúe funcionando.



AIXÒ PASSA PER UN MAL ENTÉS DE FER LES COSES PER COLLONS.
SALUDOS............................GIL (Les fotos, no son del Levante-emv.)

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